CAMINO HACIA LA AUTONOMÍA
Queridos seguidores.
Nuestra Teacher Ana, tutora de los alumnos de 2 años de edad, quién además de maestra es nuestra psicopedagoga, nos da su opinión sobre cómo fomentar que los más pequeños de la casa sean autónomos.
La autonomía en los niños una de las cosas más divertidas para ellos, que los dotan de seguridad y buena autoestima.
Pero que por otro lado resulta un arma de doble filo para los padres, ya que quieren dársela, pero muchas veces no saben cómo y ven que pierden a su bebe, ya “no los necesitan”, “crecen muy rápido”.
Quizás a este último inciso habría que dedicarle un apartado aparte, porque el tema de que dé “ya no te necesiten” o de que “crezcan muy rápido” debería de ser tratado con la dedicación activa del tiempo libre con sus hijos, más que confundirla con la autonomía.
Cuando hablamos de autonomía, hablamos desde el minuto uno en el que nacen, ir enseñándoles a no frustrarse, a que en esta vida todo hay que intentarlo por sí mismo una y otra vez y que cuando uno lo consigue por sí mismo es mejor que estar dependiendo de los demás.
Pero para ello hay un factor muy importante por parte del adulto, se llama ejemplo y tiempo. Cuando un niño trata de hacer algo por sí mismo, está investigando, observando, experimentando,…en definitiva, está aprendiendo, y todo ello le lleva su tiempo (pensar y hacer a la vez), a los padres, a veces resulta más cómodo hacérselo, algo que muchas veces sale de manera natural casi sin pensar, pues es muy poco el tiempo que hace que eran bebés y no podían hacer nada por su cuenta, y en unos meses, han pasado de tener que hacérselo todo a darnos cuenta que ya son capaces de hacer cosas por ellos mismos. Aunque ayudarles está bien, pero mucho mejor es facilitarles y darles el apoyo necesario para que sean capaces de hacer las cosas por sí mismos.
Para darles autonomía hay que ofrecerles buenos moldes de aprendizaje para que ellos imiten y luego dejarles tiempo para que ellos lo intenten y así dotarles de paciencia. Esos moldes lo cogen de su entorno más cercano, de las personas que conviven con ellos.
- Cuando un niño que no ve a su padre rompe a llorar, lo que habría que hacer es explicarle y hablar con él verbalizando todo de la manera más clara posible para que entienda que su padre no está.
- Cuando un pequeño se pone nervioso al intentar quitarse un botón hay que hablarle con calma y dejarle el tiempo que necesite para que pueda hacerlo sólo.
En el camino hacia la autonomía es muy importante no ir con prisas y dejarles el tiempo que necesiten y sobre todo hacerlo siempre con cariño. Eso conllevará en muchas ocasiones, por ejemplo, que para salir de casa haya que empezar con 30 o 40 minutos de antelación.
Al final, con la autonomía, se consigue que un niño sepa esperar si sus padres no están y comprender que le ha dejado al cuidado de otras personas, que si algo no puede hacerlo solo lo intenta o va y pide ayuda, con todo ello se conseguirá que sea feliz, asertivo, no se frustre, serán más seguro de sí mismo y por consiguiente tendrá desarrollada ya parte de su personalidad y autoestima, su progenitores también tendrán su recompensa, pues seguramente, gozarán de una relación con su hijo sana y agradable.
La desentendencia y frenar su autonomía no les hace ningún bien, hay que saber disfrutar en cada momento de cada cosa, por ello hay que ir dándole paso a que ellos vean como un juego el vestirse, el comer o el inicio del uso de sus necesidades en el baño.
Entre los hábitos de autonomía está el que no lloren cuando van a la escuela, esto se consigue hablando con ellos, si perciben que sus padres los dejan en el colegio felices, ellos también lo estarán, si por el contrario lloramos al dejarlos, ellos también lo harán, un niño pensaría “si mi madre llora o está nerviosa cuando me deja aquí, no será un buen sitio”, la conversación es muy importante, aunque sean pequeños.
Algunos de los siguientes hábitos, podrían requerir más tiempo y paciencia por parte de los padres, pero son fundamentales a la hora del desarrollo de su autonomía, para conseguirlo es importante hablarles tranquilos, con cariño y dulzura y ser pacientes, explicar paso a paso como lo deben hacer, esto habrá que repetirlo muchas veces, pero es normal:
- Comer solos usando la cuchara y el tenedor, sabemos que acabarán de sopa por todos lados, pero la recompensa es la satisfacción y el orgullo como padres de que coman solos antes de los 2 años.
- Comer en silla sin levantarse de la mesa.
- Lavarse las manos antes y después de comer.
- Dormir solos en su cama.
- Poner y quitarse los zapatos.
- Ponerse y quitarse la ropa.
- Coger el hábito de asearse, lavarse solos los dientes, peinarse…
Los niños no vienen con un manual de instrucciones y no hay forma de saber cuál es la manera correcta de educarlos, por ello muchas veces la mejor forma es pararse y mirarlos a los ojos e ir viendo simplemente que pasos van marcando en cada momento. Ni más lento mi más despacio, sólo ellos saben marcar el ritmo de autonomía.