EL PODER DE LA MÚSICA
No cabe duda de que la música nos emociona, cambia nuestro estado de ánimo, nos hace recordar momentos del pasado o nos lleva a un nuevo mundo imaginario.
El funcionamiento del cerebro es aún un misterio, pero son numerosos los estudios que indican que cuando escuchamos música, muchas zonas se activan a la vez, áreas del lenguaje, zonas de la corteza visual, pues aunque tengamos los ojos cerrados la música nos lleva a imaginar, otras muchas veces la música hace que nos movamos, provocando así interacción con la corteza motora, en la Universidad de MCGILL, en sus estudios vieron también la gran actividad que se registraba en el sistema límbico, sede de las emociones, cuando oímos música. Y si se pudieran comparar con fuegos artificiales… las personas que tocan instrumentos musicales estarían viviendo una gran explosión cerebral cada vez que lo hacen. El cerebro cambia con el uso, cuando una persona activa determinadas áreas del cerebro para llevar a cabo una tarea, estas áreas tienen a responder y crecer, por ello tiene sentido que se encuentren estos cambios en las personas que tocan instrumentos.
Hay quién afirma que la música puede emplearse como medicamento, y en entornos terapéuticos, se usa como medio de comunicación con los pacientes. Aunque está aún en vías de más estudios científicos, todo parece apuntar, que en los niños autistas la música actúa en el cerebro igual que para el resto de los niños.
Estudios de neurociencia afirman que sin emoción no hay aprendizaje, y hablan de la importancia que tiene la música en el aprendizaje, es precisamente ese carácter emocional de la música lo que facilita que esta se grabe en la memoria, dado que lo que no emociona no se aprende, por eso, hacer actividades con música que emocionen a los pequeños, abre el canal de las emociones propiciando de esta manera la receptividad haciendo que casi sin querer aprendan.
Con respecto a los niñ@s, todos los primeros sonidos (incluyendo la música y ritmos) desempeñan un papel importante en la configuración del cerebro. La música y el lenguaje están muy relacionados a nivel cerebral y por ello la música promueve en ellos también destrezas de comunicación.
La música hace que aumente la creación de dopamina y endorfina, se inhiben los neurotransmisores que provocan estrés y ansiedad. Las emociones que además produce la música en nosotros consiguen mejorar el humor, aumentar la alegría y la motivación.
Queremos aprovechar también para informar que hasta la fecha no hay ningún estudio que demuestre que escuchar música clásica, o el conocido efecto “Baby Mozart” mejore el rendimiento de asignaturas como matemáticas o ciencias, es cierto que produce una relajación, pero probablemente no produce ningún cambio cerebral. Si bien si es cierto que tocar un instrumento a una edad temprana cambia la estructura del cerebro, creciendo regiones asociadas a destrezas cognitivas vinculadas con el desarrollo espacial, motriz y el lenguaje.
Este artículo lo hemos elaborado de diferentes fuentes y libros sobre neurociencia, estudios y publicaciones de la Universidad de Florida, Live Science, Eduard Punset, Jauset, David Bueno, Jose Antonio Marina y Tomás Ortíz.
Y si quieres seguir indagando, en el siguiente enlace podéis encontrar más.
https://www.agenciasinc.es/Noticias/Por-que-disfrutamos-tanto-con-las-canciones?fbclid=IwAR3r1RsFgNTJdpAKnQabj79x06rFu0YOHurMcfGpAKdszpOxnWeZFwaKfF0
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